No podrán detener la primavera, es una muestra colectiva que toma la forma de un jardín dentro de nuestro espacio de exposición.

La jardinería es la forma más franca de compatibilidad entre cultura y natura. Cultivar un jardín es ser testigo de la insurrección de las plantas, la agitación de los insectos y la conspiración del medio ambiente. Y con la primavera llega la revolución.

Las raíces de este jardín crecen en una tierra de luchas sociales, actos de sedición y la complejidad de las relaciones entre entidades humanas y no humanas. La selección, cuidado e interacción de organismos vegetales y objetos artificiales pone en evidencia un ejercicio de domesticación de la naturaleza en una escala limitada, privada y cercana. Pero las semillas, como las ideas, son rebeldes y se propagan para atravesar circunstancias y fronteras. Su trascendencia depende del suelo en que germinen.